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Historia General

Año 2019. Paris, Francia

Cuando éramos niños el gran oráculo solía contarnos de épocas pasadas, tiempos remotos en donde los dioses eran muchos y los hombres sólo unos pocos. El oráculo anunciaba un pasado perfecto, donde la unión del hombre con lo divino existía en completa armonía. En todos los continentes los hijos de los dioses se reproducían para crecer en economía, imperio y lo más importante, religión. La tierra estaba supuestamente sumida en un periodo de paz, sin embargo entre las sombras un malvado plan crecía y se expandía como un cáncer mortal que seguramente terminaría por corroer el avance que alguna vez tuvo la humanidad.

No todos los dioses estaban de acuerdo con el convivir de unos con los otros. Había uno en especial quien tenía un plan perverso: Yahvé, dios babilónico de la guerra, estaba cegado por las ansias de poder. Su sed de gloria le hacía querer someter a la creación y ser el único dios que reinara en el universo. Se dice que vendió su ser a caos para conseguir el poder de someter a las otras deidades. Fue así como estalló la guerra… Ustedes se preguntarán, ¿se puede matar a un dios? La respuesta es no. Los dioses son los únicos seres que no pueden morir…  pero si se puede encerrar. ¿De qué forma? Magia antigua y poderosa, magia que solo conocían los primeros dioses babilónicos. Fue así como Yahvé empleó su plan casi perfecto, un enorme ejército y una sed de poder que nadie podía parar. ¡Pueblo en donde su gente entrara, pueblo en el que las deidades desaparecían!    

Sin embargo, cuentan las leyendas que no todo está perdido. Se dice que algunos dioses, los más listos  y poderosos, crearon una estrategia para escapar. Durmieron… Incluso se cree que reencarnaron en disfraces humanos sin recuerdos y poderes sellados, todo esto con el fin de protegerse a sí mismos. Así caminarían entre nosotros, ajenos de su verdadera naturaleza esperando el momento de despertar y por fin reclamar la tierra que también les pertenece...

Durante el reinado de Yahvé todo parecía perfecto sin embargo, Yahvé cometió un error. Al dotar a los ángeles con una inteligencia sin fin, no contaba con que algunos encontrarían la verdad y se revelarían. Y como dice la biblia Lucifer se enfrentó con su ejército elite a sus hermanos, desafío a Yahvé y empezaron una guerra, guerra que duró por siglos antes de que Yahvé de manera déspota expulsara a su hijo predilecto. El infierno seria su castigo por desafiarlo. Lucifer y a los ángeles cayeron, el “Dios” les sentenció con crueldad a lo más profundo del infierno para que no provocaran desorden en su dictadura y quedaran encerrados para siempre. Sin embargo Lucifer era más inteligente y aún desde el infierno, el ángel de luz tenía un plan. Él estaba dispuesto a buscar a los dioses, ayudarlos a despertar para que finalmente pudiera derrocar a su mismo creador, a quien ahora juraba como eterno enemigo.

Ahora todo es muy diferente.  Otras criaturas habían sido engendradas en la tierra ajenos a las deidades: hombres lobo, vampiros, brujas y demonios coexistían con Yahvé, para quien eran únicamente una amenaza menor. El dios babilónico no había interferido en su existencia hasta estos días, cuando se dio cuenta de una cruda verdad. Algunos dioses habían escapado de su cacería así que envió a sus arcángeles a la tierra, adoptaron forma humana y se ocultaron para infiltrarse y buscar las posibles amenazas para su padre. Se dice que como un plan “B” nació Equilibrium, una organización semejante a la Santa Inquisición de la iglesia católica compuesta de humanos y algunos otros seres sobrenaturales que buscan cazar y encerrar a los dioses que todavía están sueltos…
Una guerra de miles de años sigue en pie el día de hoy y tú tienes la oportunidad de formar parte de ella... ¿Elegirás  estar en contra de Dios o unirte al bando equivocado?