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Seúl, Corea del Sur.

Localizada en el top diez de las ciudades más caras del mundo, Seúl se ha convertido en el lugar idóneo con unos niveles de vida y académico por encima de la media. Automóviles lujosos, arrolladora tecnología, firmas de moda de reconocida fama mundial, avenidas repletas de prestigio y gentes de todas las culturas y destinos del mundo. Seúl ahora no es ni más ni menos que una capital de ensueño como Nueva York, Londres o Los Ángeles, y es que en los últimos años, el nivel de vida de los habitantes no parece detenerse pues los salarios obtenidos aseguran que la economía de un buen trabajador sea lo suficientemente buena como para desarrollar objetivos de vida muy altos. Gracias a su música e industria del entretenimiento, no sólo es seguida por los propios asiáticos, sino que cuenta con fieles seguidores de todo el mundo que todos los años viajan hasta aquí atraídos por la aparente extraordinaria civilización.

Es indiscutible que Seúl es un gran lugar para vivir si tu economía te permite costear los gastos de un suntuoso apartamento, los gastos de unos productos y alimentos de calidad o suprema o bien el despilfarro de dinero en las marcas y firmas más de moda. Sin embargo, toda cara tiene su cruz, y Corea del Sur no podría ser menos.

Un lugar en el que, a pesar de su diversidad, se vive de las apariencias y de una cultura surcoreana tan arraigada que son muchos los extranjeros que juran haber sido despreciados sin importar cuán buenos y reconocidos sean sus estudios. Esto es gran parte debido al racismo que los asiáticos sufren en el mundo de occidente, desencadenando en consiguiente una serie de reacciones opuestas que rechazan a los extranjeros en su hogar. Las aspiraciones profesionales son tan altas como la presión que los estudiantes sufren en su día a día, pues a diferencia de lo que ocurre en occidente, aquí son los mediocres y con calificaciones insuficientes los que reciben el rechazo y el bullying de los mejores de la clase, cuyos padres envían a academias prestigiosas, provocando que el tiempo libre de infantes y niños sea escaso.

En definitiva, la apariencia de la sociedad tan desarrollada oculta los verdaderos prejuicios de esta misma sobre sus propias gentes. Es sencillo ser convertido en un paria, con tan sólo tener un par de gustos que te hagan diferente al famoso prototipo de Gangam, serás tachado durante toda tu vida como un marginado. Aun así, todos toman partido de esta tradicional sociedad e incluso si son despreciados por ella, continúan aspirando a lo más alto, logrando en algunos casos despojarse del menosprecio sufrido en el pasado. Es esto lo que mantiene a los Surcoreanos despiertos. El amor propio y la confianza son requisitos en el camino a la madurez, pues es lo que asegura el triunfo.

¡Es tu turno ahora desarrollar tu propia historia! Levántate cada mañana con el optimismo de una estrella y demuestra lo que eres capaz de hacer, tienes un sinfín de destinos para elegir, un sinfín de cualidad que pulir... Incluso bajo la tormenta, hay personas que creen en ti, confían en que vas a llegar muy alto y demostrarás a todos los que no tenían fe en ti que todo se puede conseguir a base de esfuerzo, constancia, y... ¿Enchufe? Elige tu camino hasta la cima, y es que en un ciudad como Seúl jamás ha sido importante cuán lícito o no es el recorrido, sino el verdadero objetivo: el éxito y la fama.